
El doctor Mario Alonso Puig, experto en Cirugía General y del Aparato Digestivo con formación en Harvard, ha destacado la influencia del mindfulness en la salud y el bienestar emocional
Mindfulness como herramienta científica
La mente humana genera un flujo constante de pensamientos que pueden afectar tanto el estado físico como emocional. Puig señala que, en sus años como cirujano en Estados Unidos, no era consciente del impacto que la gestión mental tenía sobre la salud. Sin embargo, la influencia de un cardiólogo innovador en el hospital Dícones lo llevó a comprender la importancia de evitar que los pensamientos negativos dominen la mente.
Conforme profundizó en el estudio de la psique, observó que gran parte de la energía mental se desperdicia preocupándose por el pasado o el futuro, dejando de lado el presente. Según Puig, cuando una persona experimenta angustia o frustración, su organismo sufre un deterioro biológico. Para contrarrestar este fenómeno, el mindfulness permite centrar la atención en la respiración y en las sensaciones corporales, lo que ayuda a reducir la ansiedad y recuperar claridad mental.
Esta práctica tiene más de 2.500 años de antigüedad, pero su reciente auge se debe a investigaciones científicas de expertos como Herbert Benson, John Kabat-Zinn y Richard Davidson. Estudios han demostrado que entrenar la atención fortalece el sistema inmunológico, mejora las relaciones interpersonales y disminuye la reactividad emocional..
La mente se distrae con el pasado y el futuro, pero la vida ocurre en el presente”Mario Alonso Puig, especialista en Cirugía General y del Aparato Digestivo

Vivir en el presente
Puig subraya que la mente tiende a divagar entre recuerdos y preocupaciones futuras, cuando en realidad la vida solo ocurre en el momento presente. El impacto del mindfulness se ha observado en ámbitos laborales y sanitarios, donde ha reducido el estrés y optimizado el desempeño profesional. En lugares como Silicon Valley, se ha convertido en una estrategia clave para fomentar la creatividad y la capacidad de adaptación.
Aunque sus raíces se encuentran en tradiciones filosóficas como el budismo o el taoísmo, el especialista enfatiza que su efectividad está científicamente comprobada y no es necesario asociarla con una dimensión espiritual. “Quien desee explorar esa parte es libre de hacerlo, pero lo cierto es que funciona”, concluye..